Crates de Tebas

Crates de Tebas (c. 365 a.C. – 285 a.C.) fue un filósofo griego de la época helenística y uno de los principales representantes del Cinismo, movimiento filosófico fundado por Antístenes.

Fue discípulo de Diógenes de Sinope y maestro de Zenón de Citio, el filósofo que fundó el estoicismo, así como de Cleantes de Aso, Cleómenes y Menipo de Gadara.

Biografía

Crates nació en Tebas hacia el 365 a.C., y su muerte se produjo hacia el 285 a.C. Era hijo de Ascondus y hermano de Pasicles de Tebas.

Era un hombre rico, sin embargo, Diógenes de Sinope le convenció para que renunciara a sus posesiones y arrojara al mar todo el dinero que poseía para adoptar la vida cínica.[1]

Crates dispone de su riqueza, por Pinturicchio
Crates dispone de su riqueza, por Pinturicchio, c. 1500.

Tras abandonar Tebas, Crates estudió filosofía en Atenas, donde fue alumno de Diógenes de Sinope, Brisón de Acaya y Estilpón de Mégara. Se atribuyen a Crates treinta y seis cartas, pero ninguna de ellas se considera auténtica.

Crates se casó con Hiparquía de Maronea, hermana de su alumno Metrocles. Procedente de una familia acomodada, Hiparquía, al igual que Crates, lo abandonó todo para vivir una vida basada en el cinismo. La relación entre ambos estaba marcada por el respeto mutuo y la igualdad, algo poco común en la antigua Grecia.

Alejandro Magno preguntó a Crates si le gustaría que se reconstruyera su ciudad, a lo que Crates respondió: «¿De qué serviría? Quizá otro Alejandro la destruya».

Crates, el abrepuertas

Crates, por Luca Giordano
Crates, por Luca Giordano, 1650.

Crates tenía la costumbre de entrar en cualquier residencia para ofrecer consejo y resolver conflictos familiares, lo que le valió el apodo de «Abrepuertas». Por ello, los griegos solían escribir en sus puertas «Entrada a Crates, el Buen Genio».

Según Apuleyo, en su obra Flórida:

En Atenas, Crates era honrado por los hombres de su tiempo como si fuera un dios doméstico. No se le cerraba ninguna casa, ningún jefe de familia lo consideraba un intruso inoportuno. Siempre era bienvenido para ayudar a resolver una disputa o un conflicto entre parientes. Nuestro filósofo demostró ser igual a Hércules al vencer la ira, la codicia, la envidia, la lujuria y todos los vicios que afligen al alma humana. Los liberó de todos estos vicios, purificó a sus familias y superó el vicio. Como Hércules, también caminaba semidesnudo y llevaba un garrote.

Según Plutarco, Crates se pasó la vida riendo y bromeando.[2] Reprendía los errores de la gente con amabilidad y delicadeza.

Crates llamó a su interés y cuidado por los seres humanos Filantropía (φιλανθρωπία, amor a la humanidad).

El cinismo de Crates

Pintura del filósofo cínico Crates, artista desconocido, siglo XVII.

Crates abogaba por un ascetismo moderado y práctico, rechazando los valores y convenciones sociales en favor de una vida en armonía con la naturaleza, sin lujos ni extravagancias.

Sostenía que, para el sabio, la fama y la riqueza son males, mientras que la pobreza y la oscuridad son bienes. Además, afirmó que el sabio no debe pertenecer a la ciudad, pues ésta es vulnerable y no un refugio para él. Declaró:

No tengo un país como refugio, ni un solo techo sobre mi cabeza, pero cada tierra tiene una ciudad y una casa dispuesta a recibirme.

El ascetismo y la filosofía no son fines en sí mismos, sino medios para alcanzar el fin supremo: la felicidad (eudaimonia) y la virtud.

Pera, el paraíso cínico

La isla de Pera, el paraíso cínico, era una ciudad ideal en la que todos los hombres vivirían de acuerdo con la naturaleza, utilizando sólo lo necesario para satisfacer sus necesidades, absteniéndose de la sensualidad y la guerra.[3]

Los habitantes de Pera no se doblegan ni se dejan llevar por el placer propio de los esclavos; lo que aman es el reino inmortal y la libertad.[4]

Según Crates, el amor (eros) era una enfermedad que debía mantenerse bajo control. Los versos que se le atribuyen sugieren que el hambre es un buen remedio contra el eros:

El hambre calma el amor, o si no es ella, el tiempo; si ni siquiera eso lo soluciona, un lazo de cuerda.

Referencias

ALGRA, Keimpe; Barnes, J.; Mansfield, J.; Schofield, M. (eds.). The Cambridge History of Hellenistic Philosophy. Cambridge: Cambridge University Press, 1999.

APULEYO. Florida.

DIÓGENES LAERCIO (DL), Vidas, opiniones y sentencias de los filósofos más ilustres.

DOBBIN, Robert (ed. e trad.) The cynic philosophers: from Diogenes to Julian. Londres: Penguin Classics, 2012.

DUDLEY, D. R. A History of Cynicism: from Diogenes to the 6th Century A.D. London: Methuen & CO. LTD, 1937.

PLUTARCO. De tranquillitate animi.

RANKIN, H. D. Sophists, Socratics and Cynics. London: Croom Helm, 1983.

Notas

  1. Otra versión presentada por Diógenes Laercio es que Crates se habría interesado por la filosofía cínica viendo la tragedia de Télefo, escrita por Eurípides.
  2. »Pero Crates, a pesar de tener sólo una cartera y una capa desgastada, se ha pasado toda la vida bromeando y riendo como en una fiesta». Plutarco, De tranquillitate animi.
  3. »Hay una ciudad, Pera, envuelta en oscuros vapores, de color de vino, hermosa y fértil, sucia y carente de todo. […] Pero la ciudad produce timo, ajo, higos y pan; sus habitantes no se pelean por estas cosas, ni recurren a las armas por dinero o gloria». (DL, VI, 5. 85) Se trata de una parodia (spoudaiogeloion) de la descripción que Homero hace de Creta en la Odisea. Pera, en griego, significa el monedero o cartera que usaban los cínicos. RANKIN, 1983, p. 235.
  4. RANKIN, 1983, p. 236.

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