Ética contemporánea

La ética contemporánea llega en un momento de continuo progreso científico y técnico y de cambio social.

En el ámbito filosófico, la ética contemporánea se opone a las concepciones metafísicas y abstractas de la naturaleza humana, reevaluando los valores absolutos del bien y el mal, lo justo y lo injusto, entre otros, bajo nuevas perspectivas filosóficas.

En resumen, las principales características del pensamiento ético contemporáneo son:

  • Comprensión del ser humano desde su concreción, historicidad y dimensión social (contra el formalismo y el universalismo abstracto);
  • Reconocimiento de la presencia de lo irracional en el comportamiento humano (frente al racionalismo absoluto);
  • Frente al fundamento trascendente (metafísico) de la ética, pretende encontrar su origen en el propio ser humano.

Kierkegaard y el existencialismo cristiano

Kierkegaard
Kierkegaard

Kierkegaard (1813 – 1855), considerado el padre del existencialismo, se opuso al racionalismo absoluto de Hegel.

Según Kierkegaard, Hegel entendía al ser humano como una abstracción universal, mostrando indiferencia por la existencia individual.

Para Kierkegaard, lo que realmente importa es el ser humano concreto, el individuo en sí mismo, es decir, su subjetividad. El individuo nunca puede ser universalizado e insertado en un complejo sistema racional, porque la existencia individual no necesita ser explicada, sino vivida. Frente al racionalismo absoluto de Hegel, Kierkegaard establece un irracionalismo y un individualismo radicales.

Kierkegaard describe tres etapas de la existencia individual:

  • Estadio estético: en este estadio, el ser humano busca incesantemente el placer inmediato, pero nunca encuentra la verdadera satisfacción.
  • Estadio ético: en este estadio, el ser humano opta por someterse a la ley moral y conducir su vida de acuerdo con los deberes éticos.
  • Estadio religioso: considerado superior, este estadio se sustenta en la fe, una relación personal y subjetiva con Dios.

Satre y el existencialismo ateo

Simone de Beauvoir e Jean-Paul Sartre
Simone de Beauvoir e Jean-Paul Sartre

Jean-Paul Sartre (1905 – 1980) retoma, en ciertos aspectos, la filosofía individualista de Kierkegaard.

Sartre sostiene que Dios no existe, y su inexistencia debe llevarse hasta sus últimas consecuencias. Como dice el escritor ruso Dostoyevski en sus obras: «Si Dios no existe, todo está permitido».

Una vez postulada la inexistencia de Dios, se hace necesario abolir los valores, principios o normas que se presentan como objetivos y universales, dejando sólo al ser humano como fundamento último de los valores.

El ser humano posee total libertad para elegir ser lo que desee. La libertad humana es la única fuente de valor. Cada individuo elige libremente y, al hacerlo, crea su propio valor. Puesto que no existen valores objetivos, corresponde a cada individuo crear su propio valor.

A pesar de centrarse en el individuo, Sartre reconoce la importancia del otro, afirmando que la libertad individual debe tener en cuenta la libertad de los demás. Este reconocimiento adquiere mayor relevancia cuando el filósofo francés se enfrenta a los retos políticos y sociales de su época, lo que le acerca incluso al pensamiento marxista.

Pragmatismo

Charles Sanders Peirce
Charles Sanders Peirce

El pragmatismo fue una corriente filosófica que, al rechazar los viejos problemas abstractos de la metafísica, se centró principalmente en cuestiones prácticas, entendidas de forma utilitarista. Sus principales representantes fueron Charles Sanders Peirce, William James y John Dewey.

En el pragmatismo, la verdad se identifica con aquello que es útil para la vida humana. En el ámbito ético, el bien se considera como aquello que ayuda al individuo en su actividad práctica, conduciéndole al éxito personal.

Los valores, principios y normas, por tanto, no poseen objetividad universal, sino que dependen y varían según las necesidades de cada situación.

Marxismo

Karl Marx, por J. Mayall
Karl Marx, por J. Mayall

El marxismo se opone a las abstracciones metafísicas y al racionalismo de Hegel, subrayando la importancia de considerar al ser humano concreto en su dimensión material, social e histórica.

Marx y Engels no escribieron una obra dedicada exclusivamente a la Ética, sino que trataron de explicar y criticar la moral del pasado y del presente. De esta crítica es posible extraer las bases teóricas de la ética marxista.

A través del método histórico dialéctico, Marx y Engels observaron que todas las sociedades de todos los tiempos se organizan sobre la base de la producción, la distribución y el intercambio de productos. El modo de producción y distribución de una sociedad determina la división social de los hombres en clases o estratos.

Según Marx, la moral, la política y la religión dominantes en la sociedad capitalista se consideran meros prejuicios burgueses, utilizados exclusivamente para la preservación del modo de producción vigente, destinados a proteger a la clase dominante.

Así, la crítica de la clase dominante y de su moral permite concebir una nueva ética, fundada en valores como el colectivismo, la solidaridad, la no explotación, el altruismo y el respeto.

G. E. Moore y la metaética

G.E. Moore
G.E. Moore

A finales del siglo XIX, con el florecimiento de la filosofía analítica, las cuestiones éticas comenzaron a analizarse desde un enfoque lingüístico. El estudio del lenguaje moral recibió el nombre de metaética.

El filósofo británico G. E. Moore se opuso a las teorías éticas que pretendían definir el concepto de «bien» como una propiedad natural. Moore cuestionó las teorías éticas naturalistas, como el utilitarismo de J. S. Mill, y las éticas que pretendían explicar el bien como una realidad metafísica.

Según Moore, la primera pregunta que hay que hacerse es: ¿qué es el bien? El filósofo británico afirma que el bien es una noción indefinible e indemostrable, al igual que la noción de «amarillo».

El bien sólo puede comprenderse a través de la intuición (intuicionismo ético).

Referencias

CORTINA, Adela; MARTÍNEZ, Emilio. Ética. 3ª ed. Madrid: Akal, 2001.

DIAS, Maria Cristina Longo Cardoso. O conceito de ética para Marx e Engels.

PEQUENO, Marconi Pimentel. Moore e os pressupostos da meta-ética.

VÁZQUEZ, Adolfo Sánchez. Ética. Trad. João Dell’Anna. 37. ed. Rio de Janeiro, RJ: Civilização Brasileira, 2017.

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