¿Qué es el motor inmóvil en Aristóteles?

Cuando hablamos de primer motor inmóvil, luego nos viene a la mente el Dios de Aristóteles. ¿Pero qué Dios es ese? Se trata de un Dios descubierto por la razón y, por lo tanto, no tiene ninguna relación con los dioses de la mitología griega o de cualquier religión existente.

El primer motor inmóvil es, como decía Pascal: el Dios de los sabios y de los filósofos; un Dios que no recibe culto, que no tiene templo, no tiene siervos y no tiene un libro sagrado. Este Dios, de hecho, es solo un concepto filosófico metafísico desarrollado por Aristóteles para explicar el cosmos.

¿Qué es para Aristóteles el motor inmóvil?

Según Aristóteles, el primer motor inmóvil es el ser absolutamente perfecto (acto puro), inmutable y causa primera absoluta de todo el movimiento existente en nuestro mundo.

Él es inmóvil no porque es incapaz de actuar, sino porque no tiene potencia para recibir cualquier cambio en su ser; ese es el verdadero sentido de inmóvil empleado en la metafísica.

Para comprender mejor la argumentación de Aristóteles, debemos aclarar algunos conceptos metafísicos como: movimiento, motor, móvil, acto y potencia.

¿Qué es el movimiento?

Como ya hemos visto, todo movimiento presupone el paso de la potencia al acto.

Para que la madera se convierta en una mesa es necesario la acción de una causa eficiente capaz de concretar esta potencialidad intrínseca contenida en la madera.

¿Qué es motor y móvil?

  • Motor significa el agente del cambio, el que provoca el movimiento de la potencia al acto. Por ejemplo, el carpintero es el motor del movimiento que hace la madera, una mesa en acto.
  • Móvil (o movido) significa aquello que recibe el cambio, que sufre el movimiento, en este nuestro ejemplo es la madera. Todos los seres físicos y naturales de nuestro mundo (animales, plantas, humanos, estrellas) son seres móviles.

Todo lo que se mueve es movido por otro

Un ser en potencia no puede por sí mismo pasar de la potencia al acto.

Por ejemplo, la madera que tiene la potencia de ser una mesa no puede hacer ella misma este cambio, porque la potencia presupone una carencia, una deficiencia, un no-ser relativo; ahora bien, para que un ser pase de la potencia al acto por sí mismo, tendría que ser potencia y acto al mismo tiempo bajo el mismo aspecto, lo cual es imposible ontológicamente.

Si la potencia significa una carencia, evidentemente este ser en potencia no podría darse a sí mismo lo que no tiene. Un hombre que es ignorante en un tema no se convertirá en un experto en este tema por sí mismo.

Puede parecer repetitivo, pero merece la pena insistir en esta tesis aristotélica de la dinámica del movimiento para dejar más claro el papel del primer motor inmóvil.

La necesidad de un primer motor inmóvil

En nuestro mundo, constata Aristóteles, encontramos una serie indeterminada de motores y movidos.

Una pelota de fútbol, por ejemplo, es movida por la acción física de la pierna y la pierna es movida por el jugador. El árbol viene de la semilla, la semilla viene de una fruta y así sucesivamente. En fin, todo efecto tiene una causa anterior.

Pero, ¿hasta qué punto puede haber motores y movidos? ¿Hasta dónde llega toda esta enorme relación de causa y efecto que encontramos en el mundo? ¿Hasta el infinito?

Según Aristóteles, no es posible retroceder al infinito, pues de este modo no habría primer motor y, consecuentemente, no habría motores intermedios, porque los intermediarios dependen del primero, como en el ejemplo de la pelota que solo se mueve por la acción física de la pierna del jugador de fútbol.

Por lo tanto, concluye Aristóteles, debe haber un primer motor inmóvil que no sea movido por ningún otro. Si no hubiera un primer motor absoluto no podría haber ningún tipo de movimiento. Es necesario que exista algún «punto inicial» que condiciona la propia posibilidad de la existencia de todo movimiento en el universo.

¿Por qué el motor inmóvil es acto puro?

Según Aristóteles, el primer motor inmóvil debe ser acto puro, es decir, sin ningún tipo de potencia en su ser. Si él tuviera potencia, no podría ser fuente absoluta del movimiento, pues él mismo sería un ser móvil. Por eso el primer motor es también inmutable.

Ahora bien, ya que él no tiene potencia, consecuentemente no tiene materia en su composición, pues la materia es la base de todo cambio, potencia pura, principio indeterminado. El motor inmóvil, por lo tanto, no es una sustancia compuesta de materia y forma, sino una sustancia suprasensible.

Para Aristóteles, el movimiento es eterno, por eso es necesario también un motor que sea eterno.

¿Cómo mueve el mundo el primer motor?

Para explicar cómo el primer motor se mueve sin ser movido, Aristóteles hace una analogía con el objeto del deseo en el hombre. Sabemos que el objetivo de nuestros deseos siempre es aquello que es bueno y bello. Ahora bien, lo bello y lo bueno atraen el deseo de un hombre sin que ellos mismos se muevan. Dice Aristóteles en la Metafísica:

Por lo tanto, el primer motor mueve como lo que es amado, mientras que todas las demás cosas se mueven siendo movidas.

El motor inmóvil mueve el mundo como causa final, por atracción.

Referencias

Aristóteles. (2001). Metafísica (tradução: Marcelo Perine). Vol. I e II. São Paulo: Edições Loyola.

Jolivet, R. (1965). Tratado de Filosofia, Metafísica. Rio de Janeiro: AGIR.

Reale, G., & Antiseri, D. (2007). História da filosofia: filosofia pagã antiga. Vol. 2. São Paulo: Paulus.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

dieciseis + 10 =