James Mill

James Mill (1773-1836), fue un filósofo escocés nacido el 6 de abril. En su infancia estudió en una escuela parroquial y después ingresó en la Universidad de Edimburgo.

En 1802 se trasladó a Londres para iniciar una carrera literaria, convirtiéndose en editor del Literary Journal y escribiendo para diversas publicaciones periódicas. Con la publicación de la que quizá sea su mayor obra literaria Historia de la India Británica, que empezó a escribir en 1806 y terminó en 1817, Mill inició una exitosa carrera en la Compañía de las Indias Orientales.

La contribución más significativa de Mill fue la obra Análisis de los fenómenos de la mente humana, que apareció originalmente en 1829 y fue revisada bajo la dirección de su hijo John Stuart Mill en 1869. El Análisis de Mill se considera el resumen más completo del asociacionismo. Como veremos, el análisis asociacionista de Mill estuvo influido por Hume y, sobre todo, por Hartley.

Utilitarismo y asociacionismo

En 1808, James Mill conoció a Jeremy Bentham (1748-1832), y ambos se hicieron amigos. Bentham fue el principal portavoz del movimiento político y ético británico denominado utilitarismo. Bentham rechazó todos los argumentos metafísicos y teológicos para el gobierno, la moral y las instituciones sociales y, en su lugar, tomó el antiguo concepto de hedonismo (de la palabra griega hedone, que significa «placer») y lo convirtió en la piedra angular de su teoría política y ética. Dice en una de sus obras:

La naturaleza ha puesto a la humanidad bajo el dominio de dos amos soberanos, el dolor y el placer. Sólo a ellos corresponde señalar lo que debemos hacer. Por un lado, la norma del bien y del mal, por el otro, la cadena de causa y efecto, están fijadas en su trono. Nos gobiernan en todo lo que hacemos, en todo lo que decimos, en todo lo que pensamos: todo esfuerzo que podamos hacer para desalojar su sujeción sólo servirá para demostrarla y confirmarla.

Introducción a los principios de la moral y la legislación

Así, Bentham definió la felicidad humana enteramente en términos de la capacidad de obtener placer y evitar el dolor. Del mismo modo, el mejor gobierno se definió como aquel que proporciona la mayor cantidad de felicidad al mayor número de personas.

Aunque el utilitarismo estaba implícito en las filosofías de algunos de los primeros empiristas británicos, fue Bentham quien aplicó el hedonismo a la sociedad en su conjunto. Los esfuerzos de Bentham fueron muy influyentes y dieron lugar a una serie de reformas en las instituciones jurídicas y sociales.

James Mill fue uno de los discípulos más entusiastas de Bentham, y pronto veremos cómo el utilitarismo entró en la versión de Mill del asociacionismo. Sin embargo, Mill es más conocido por su visión newtoniana, mecanicista y elementalista de la mente.

El asociacionismo de James Mill

Después de Hartley, Mill intentó demostrar que la mente consistía sólo en sensaciones e ideas unidas por contigüidad. También después de Hartley, Mill afirmó que las ideas complejas se componen de ideas simples. Sin embargo, cuando las ideas se experimentan juntas continuamente, la asociación entre ellas se hace tan fuerte que aparece en la conciencia como una idea.

Todas las cosas a las que nos referimos como objetos externos son conjuntos de sensaciones que se han experimentado juntas de forma coherente. En otras palabras, son ideas complejas y, como tales, son reducibles a ideas simples.

James Mill señaló explícitamente lo que estaba más implícito en las filosofías de otros «newtonianos de la mente», como Locke, Berkeley, Hume y Hartley. Es decir, no importa lo compleja que llegue a ser una idea, siempre puede reducirse a las ideas simples de las que está construida. Las ideas simples pueden añadirse a otras ideas simples, dando lugar a una idea compleja; las ideas complejas pueden añadirse a ideas complejas, dando lugar a una idea aún más compleja; y así sucesivamente. Sin embargo, en la base de toda experiencia mental están las sensaciones y las ideas que inician.

Los determinantes de la fuerza de las asociaciones

James Mill creía que había dos factores que causaban variaciones en la intensidad de las asociaciones: la vivacidad y la frecuencia. Es decir, las sensaciones o ideas más vívidas forman asociaciones más fuertes que las menos vívidas; y las sensaciones e ideas emparejadas con más frecuencia forman asociaciones más fuertes que las emparejadas con menos frecuencia. Mill se refirió a la frecuencia o repetición como «la causa más notable e importante de la fuerza de nuestras asociaciones».

Con respecto a la vivacidad, Mill dijo que:

  • Las sensaciones son más vívidas que las ideas y, por tanto, las asociaciones entre sensaciones son más fuertes que entre ideas;
  • Las sensaciones y las ideas asociadas al placer o al dolor son más vívidas y, por tanto, forman asociaciones más fuertes que las sensaciones y las ideas no relacionadas con el placer o el dolor;
  • Las ideas recientes son más vívidas y, por tanto, forman asociaciones más fuertes que las ideas más remotas.

La influencia de James Mill

El Análisis de Mill se considera el resumen más completo del asociacionismo. Como hemos visto, intentó demostrar que la mente consistía únicamente en sensaciones e ideas unidas por contigüidad. Insistió en que cualquier experiencia mental podía reducirse a las ideas simples que la componían. Así, nos dio una concepción de la mente basada en la física newtoniana. Para Newton, el universo podía entenderse como formado por elementos materiales unidos por fuerzas físicas y que se comportaban de forma predecible. Para Mill, la mente consistía en elementos mentales unidos por las leyes de la asociación; por tanto, la experiencia mental era tan predecible como los acontecimientos físicos.

James Mill no aportó nada nuevo al asociacionismo. Su objetivo declarado era aportar pruebas a favor del asociacionismo que faltaban en el relato de Hartley. Así lo hizo, y al hacerlo llevó el asociacionismo a su conclusión lógica; muchos creen, sin embargo, que la detallada elaboración del asociacionismo por parte de Mill lo expuso como un absurdo. En cualquier caso, la mente vista por Mill (y por Hartley) era completamente pasiva; es decir, no tenía capacidad creativa.

La asociación era el único proceso que organizaba las ideas, y lo hacía de forma automática. Esta concepción de la mente, a veces llamada «física mental» o «mecánica mental», terminó esencialmente con James Mill. De hecho, el hijo de James Mill, John Stuart Mill, fue uno de los primeros en revisar la visión puramente mecanicista y elemental de su padre.

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