Formas de gobierno según Aristóteles

La política de Aristóteles es un clásico de la filosofía. En ella encontramos las principales ideas éticas y políticas del Estagirita, y aquella famosa frase: el hombre es un animal político.

Ahora veremos de forma bien resumida cómo Aristóteles concibe las formas de gobierno.

Las 3 formas de gobierno según Aristóteles

Para Aristóteles, hay tres formas justas de gobierno:

  1. Monarquía: es el gobierno en el que solo un hombre es el soberano;
  2. Aristocracia: es la forma en que algunos hombres gobiernan;
  3. Democracia (politía): forma de gobierno en que la multitud, el pueblo, ejerce la soberanía;

Estas son consideradas las 3 formas puras o justas de gobierno. La forma de gobierno se considera justa/correcta cuando busca atender el bien común de la Polis (ciudad), es decir, la felicidad de todos.

Las 3 formas injustas de gobierno

Cuando estas 3 formas justas citadas anteriormente dejan de buscar el bien común, degeneran en:

  1. Tiranía: es el desvío de la monarquía; cuando el soberano gobierna de acuerdo con sus propios intereses;
  2. Oligarquía: forma degenerada de la aristocracia en que se gobierna buscando el interés de los ricos;
  3. Demagogia: desviación de la república en la que se busca solo los intereses de los más pobres, y no de todos. Hay un debate sobre la traducción correcta de este término, algunos traducen como democracia.

La ciudad ideal

Para Aristóteles, la ciudad tiene una finalidad moral que es crear condiciones favorables para el desarrollo de las virtudes, promover la felicidad de los ciudadanos, en fin, proporcionar una buena vida. Él mismo lo dice:

La Ciudad es una sociedad establecida, con casas y familias, para vivir bien, o sea, para llevar una vida perfecta y que se baste a sí misma. […] La mejor existencia para cada uno en particular y para todos los Estados es la virtud con bastante riqueza para poder practicarla.

La ciudad no es un lugar solo para vivir, ni ha sido instituida para defenderse de las injusticias, tiene esta finalidad de propiciar una vida buena. Y para Aristóteles, tener una buena vida no significa tener riquezas, como se podría pensar.

El celo por el medio, también está presente en el ideal aristotélico de una Ciudad perfecta. Esa no debe ser ni muy populosa, ni tener poquísimos habitantes, debe tener un equilibrio. Su territorio tampoco podría ser muy extenso.

Los ciudadanos de esta ciudad deberían tener las mismas características que los griegos, una síntesis de los pueblos europeos y orientales. Los jóvenes debían ser guerreros, en la madurez consejeros, y en la vejez, sacerdotes.

Conclusión

La Política de Aristóteles es, sin duda, una obra indispensable para quien desea conocer un poco más sobre las concepciones políticas en la historia de la Filosofía.

Aunque vivimos en un mundo político muy diferente de la antigua Grecia, todavía podemos encontrar ideas políticas de gran valor en esta obra. Es cierto que hay ideas totalmente condenadas hoy en día, como por ejemplo la defensa de la esclavitud como una condición natural. Pero vale la pena leer y absorber lo que es bueno.

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