Las cinco vías de Santo Tomás de Aquino que demuestran la existencia de Dios

Tomás de Aquino, filósofo y teólogo medieval, expuso sistemáticamente en sus obras mayores Suma Teológica y Suma Contra los Gentiles, 5 vías (argumentos) que prueban la existencia de Dios.

¿Cuáles son las 5 vías?

Las 5 vías de Tomás de Aquino son:

  1. del movimiento
  2. de las causas eficientes 
  3. de la contingencia
  4. de los grados de perfección 
  5. del orden universal

Estas 5 vías se basan únicamente en conceptos filosóficos y no dependen de las sagradas escrituras ni de ninguna doctrina religiosa. Estas pruebas son una de las aportaciones filosóficas más notables de Tomás de Aquino a la filosofía de la religión.

La prueba de la existencia de Dios forma parte de los preámbulos de la fe (preambulum fidei), constituyendo un conjunto de verdades filosóficas preliminares que sustentan la credibilidad de la fe cristiana.

¿Es posible demostrar la existencia de Dios?

Durante la Edad Media, no todos los filósofos cristianos compartían la opinión de que la existencia de Dios podía demostrarse racionalmente. Estos filósofos eran conocidos como fideístas, ya que creían que el conocimiento de Dios se limitaba a la fe y nada más.

Por otra parte, había quienes sostenían que la existencia de Dios era evidente por sí misma.

Tomás de Aquino creía que, a pesar de ser imperfecta y limitada, la razón humana es capaz de aportar pruebas de la existencia de Dios, ya que posee la capacidad de trascender el mundo físico y llegar a las causas primeras.

Los modos de demostración: por la causa y el efecto

Tomás de Aquino distingue dos tipos de demostración: por causa y por efecto. Sus 5 vías se basan en el tipo de demostración que parte de los efectos (per effectus) hacia la causa.

Esto significa que los argumentos parten de la investigación de los seres sensibles para llegar después al ser trascendente de Dios.

1. Prueba por el movimiento

La primera prueba de la existencia de Dios se deriva del movimiento. A través de la experiencia sensorial, es posible percibir que las cosas se mueven.

Las 5 vías de Tomás de Aquino se basan en conceptos aristotélicos. Uno de los principales conceptos de la metafísica de Aristóteles es el de movimiento.

¿Qué significa el movimiento?

El movimiento significa la transición de la potencia al acto. En general, el movimiento es cualquier tipo de cambio que sufren los seres: cambio de color, textura, tamaño, lugar, etc.

Un ejemplo es un papel en blanco que tiene la potencialidad de ser garabateado. Cuando el papel se garabatea, se convierte en un «papel garabateado en acto». Del mismo modo, un vaso tiene la potencialidad de romperse y cuando alguien lo rompe, se convierte en un «vaso roto en acto», es decir, una posibilidad que se ha realizado.

La causa del movimiento se denomina motor.

¿Puede algo moverse por sí mismo?

Nada puede moverse por sí mismo. Consideremos el ejemplo del papel: no puede garabatear por sí mismo, al igual que el vaso no puede romperse por sí solo. Se necesita algo externo para realizar estas potencialidades (posibilidades).

En el mundo existe una amplia relación entre motores y objetos movidos. El motor (el capaz de provocar el cambio) es siempre un acto, mientras que el objeto movido es una potencia. Cuando el objeto movido entra en movimiento, deja de ser potencia, como ocurre, por ejemplo, con el papel sobre el que se ha garabateado, que ya no tiene la potencialidad de ser garabateado.

Así, si A está en movimiento, significa que es movido por algo que está en acto, esa cosa es B, pero para que B esté en movimiento es necesario C, y así sucesivamente. Sin embargo, si seguimos esta serie de acontecimientos, retrocederíamos hasta el infinito, y esto es imposible. Por lo tanto, es necesario un primer motor para explicar el movimiento de todos los demás.

La necesidad de un primer motor inmóvil

Tomás de Aquino argumenta que sin un primer motor absoluto no habría un segundo motor, y en consecuencia no habría un tercer motor, y así sucesivamente. En otras palabras, al negar la existencia de un primer motor se niega todo movimiento y todo cambio que tenga lugar en el mundo, lo cual sería absurdo, ya que podemos ver con nuestros propios ojos que tales cambios ocurren.

El primer motor es inmóvil (nunca cambia), ya que si se moviera se necesitaría otro motor antes de él, y entonces dejaría de ser el primero, teniendo en cuenta que nada puede moverse a sí mismo.

Considerando que la causa es siempre superior a su efecto, se podría concluir que el primer motor es superior a todo lo movido por él. No pudiendo retroceder infinitamente, se llega al primer motor inmóvil, del que dependen todos los demás motores. Este motor inmóvil es Dios.

2. Prueba por causa eficiente

Como en la primera vía, Tomás observa que en el mundo encontramos una amplia relación de causas y efectos. Considerando la imposibilidad de un conjunto infinito de causas y efectos, se hace necesario admitir la existencia de una Causa Primera, responsable de todas las demás causas intermedias.

Según Tomás, esta Primera Causa es Dios.

3. Prueba de la contingencia

La tercera vía se basa en los conceptos de contingente y necesario y en la distinción entre ente y esencia.

La distinción entre ente y esencia significa que la existencia no pertenece necesariamente a la esencia de los seres. En otras palabras, las cosas pueden no ser (no existir) o simplemente dejar de existir. Esto significa que su existencia es contingente.

Un ser que puede dejar de existir no posee la existencia como parte esencial de su naturaleza; y si la existencia no le es necesaria, entonces existe porque algo le ha concedido la existencia.

Todo lo que tiene la posibilidad de no existir, en algún momento no existió. Si consideramos que todos los seres son contingentes, debemos admitir que en algún momento ninguno de ellos existió. Si ninguno de ellos existió en algún momento, tampoco existirían ahora, pues, como se ha dicho, es necesario que otro ser les conceda la existencia.

Sin embargo, es evidente que en este mundo existen entes contingentes, nosotros mismos somos entes contingentes. Por tanto, no es razonable que sólo existan entes contingentes, sino que tiene que haber un ser necesario, es decir, un ser no contingente, causa de la existencia de todos los contingentes.

Es imposible retroceder al infinito

La tercera vía recoge la imposibilidad de la existencia de una regresión al infinito, ya que de este modo no habría ningún ser necesario. Por tanto, también es necesario admitir un ser necesario por sí mismo, que no haya recibido su existencia de ningún otro ser. Este ser necesario es Dios.

Las 5 vías de Tomás siguen un patrón lógico, en el que cada argumento se complementa con otro.

4. Prueba por el grado de perfección

Encontramos en las cosas algo más o menos bueno, más o menos verdadero, más o menos noble, etc. Ahora bien, se dice más y menos de las cosas a medida que se acercan a aquello que es, en sí mismo, lo máximo. Esto implica que hay una Verdad, una Bondad y una Nobleza supremas.

Para Tomás la bondad, la verdad y la nobleza son trascendentales al ser, es decir, todo lo que existe posee estas cualidades. El ser posee unas propiedades llamadas propiedades trascendentales.

Los 5 trascendentales

Todo ser (ente) puede considerarse en sí mismo o en relación con otro:

  • En sí el ser puede ser considerado una cosa (res) o esencia (essentia);
  • Negativamente, el ser es indivisible, uno (unum);
  • En relación con otro, el ser se considera distinto y, por tanto, algo (aliquid);
  • El ser es verdadero (verum);
  • En relación con el apetito o la tendencia, el ser es bueno (bonum).

Los 5 trascendentales y todas estas propiedades son desdoblamientos de una única noción, la de ser.

El Ser perfectísimo

Este Ser debe trascender el orden de los entes naturales, pues él es la fuente de todas las perfecciones encontradas en ellos. Estas perfecciones que se encuentran en los seres naturales, está en este Ser en grado máximo.

Este Ser es la propia bondad, verdad, etc. Los entes y sus perfecciones finitas solo participan de su Suma perfección.

5. Prueba por orden universal

La quinta vía se basa en el orden del universo, tanto el orden que se encuentra en cada ser particular (por ejemplo, la naturaleza altamente compleja de los animales) como el orden universal (fuerzas y leyes cósmicas).

Es evidente que las cosas, al carecer de inteligencia, no pueden tender a un fin conscientemente, o por un acto de la voluntad. Sin embargo, encontramos en la naturaleza seres que actúan con un fin en vista, es decir, actúan siempre de la misma manera.

El cuerpo humano, por ejemplo, está formado por un conjunto de sistemas orgánicos (aparato respiratorio, aparato digestivo, etc.) que actúan juntos en armonía para conversar la vida humana.

Ahora bien, lo que carece de inteligencia no puede tender hacia un fin sino por efecto de un ser inteligente. Así pues, tiene que haber un ser inteligente que ordene todos esos cuerpos naturales que componen el orden armonioso del universo.

Este ser inteligente que ordena estas entidades naturales es, según Tomás, Dios.

Conclusión

Las 5 vías de Tomás de Aquino que conducen a la existencia del Ser necesario, Primera Causa, Motor Inmóvil se basan en una sistematización metafísica bien estructurada. Los argumentos no tienen premisas religiosas.

Junto a Platón, Aristóteles, Anselmo y muchos otros, Tomás se convirtió en una referencia en el debate filosófico sobre la existencia de Dios.

Sin embargo, a lo largo de los siglos se han formulado diversas objeciones contra las 5 vías tomistas. El problema de la existencia de Dios ha estado presente desde el nacimiento de la filosofía y la cuestión sigue abierta.

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