Plotino

Plotino (ca. 205-270) fue un importante filósofo neoplatónico nacido en Egipto, que se refugió en el mundo espiritual: «Estaba en armonía con todos los hombres más serios de su época. Para todos ellos, cristianos y paganos, el mundo de los asuntos prácticos parecía no ofrecer ninguna esperanza, y sólo el Otro Mundo parecía digno de lealtad» (Russell, 1945, p. 284). Como Plotino siempre desvió la atención de su vida personal hacia su filosofía, se conocen pocos detalles de su vida.

El Uno

Plotino organizó todas las cosas en una jerarquía, en cuya cima estaba el Uno, o Dios. El Uno era supremo e incognoscible. El siguiente en la jerarquía era el Espíritu, que era la imagen del Uno. Era el Espíritu que formaba parte de cada alma humana, y era reflexionando sobre él como podíamos acercarnos a conocer al Uno.

El tercer y más bajo miembro de la jerarquía era el Alma. Aunque el Alma era inferior al Uno y al Espíritu, era la causa de todas las cosas que existían en el mundo físico.

Las emanaciones del Uno

Del Uno emanó el Espíritu, y del Espíritu emanó el Alma, y del Alma emanó la naturaleza. Cuando el Alma entraba en algo material, como un cuerpo, trataba de crear una copia del Espíritu, que era una copia del Uno.

Como el Uno se reflejaba en el Espíritu, el Espíritu se reflejaba en el Alma, y el Alma creaba el mundo físico, lo Incognoscible era una parte muy importante de la naturaleza.

Cuerpo y alma

Al igual que Platón y todos los demás neoplatónicos, Plotino veía el cuerpo como la prisión del alma. Mediante la meditación intensa, el alma podía liberarse del cuerpo y habitar entre lo eterno y lo inmutable. Plotino creía que todos los seres humanos eran capaces de tener esas experiencias trascendentales y les animaba a tenerlas porque ninguna otra experiencia era más importante o satisfactoria.

A la definición estoica de la buena vida como la aceptación tranquila del propio destino y la búsqueda del placer del epicúreo, podemos añadir ahora una tercera sugerencia: el alejamiento del mundo empírico para entrar en unión con aquellas cosas eternas que residen más allá del mundo de la carne. La teoría de Plotino no era cristiana, pero influyó mucho en el pensamiento cristiano posterior.

Plotino y Platón

Aunque Plotino estaba en general de acuerdo con la filosofía de Platón, no compartía las opiniones de éste sobre la experiencia sensorial. En cambio, creía que el mundo sensible era bello y ponía como ejemplos el arte, la música y los seres humanos atractivos. No es que el mundo sensible fuera malo; simplemente era menos perfecto que el mundo espiritual.

Aunque la filosofía de Plotino era más tolerante con los datos sensoriales que el platonismo, Plotino seguía concluyendo que el mundo físico era una copia inferior del reino divino.

También siguió a Platón en la creencia de que cuando el alma entraba en el cuerpo, se fundía con algo inferior a ella misma, por lo que la verdad que contenía quedaba oscurecida. Debemos aspirar a conocer el mundo más allá del mundo físico, el mundo abstracto del que se derivó el mundo físico. Sólo más allá del mundo físico las cosas son eternas, inmutables y en estado de felicidad.

El paso del neoplatonismo al cristianismo primitivo no fue grande ni difícil. Para el cristiano, el Otro Mundo de los neoplatónicos se convierte en el reino de Dios que se disfruta después de la muerte.

Referencias

Russell, B. (1945). A history of Western philosophy. New York: Simon & Schuster.

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