Pitágoras

Pitágoras fue un filósofo, astrónomo y matemático griego presocrático, fundador de la Escuela Pitagórica.

Creía que el mundo podía entenderse a través de los números y que la armonía matemática era fundamental para comprender el orden del universo.

Biografía

Nacido hacia el año 570 a.C. en la isla griega de Samos, Pitágoras fundó una escuela para iniciados, cuya filosofía tenía muchos elementos religiosos y místicos. Su doctrina se consideraba secreta y, según cuentan, nadie podía enseñarla en lugares públicos so pena de excomunión.

Debido a la persecución política en su tierra natal, Pitágoras se trasladó a la ciudad de Crotona, donde se hizo famoso por su sabiduría. Sin embargo, los habitantes de la ciudad temían sus influyentes y revolucionarias teorías políticas, pues creían que podía convertirse en un tirano. Como consecuencia, el lugar donde enseñaba fue incendiado.

Pitágoras saliendo de los infiernos, por Salvator Rosa, 1662, vía Wikiart.

Su vida está cubierta de misterios y leyendas. Antiguas fuentes griegas relatan sucesos sobrenaturales, como la noticia de que habría sido visto por varias personas el mismo día y a la misma hora en dos ciudades distintas. En otro relato, se dice que Pitágoras mostró uno de sus muslos de oro durante los Juegos de Olimpia. Además, se cuenta que fue saludado por el río Cosas al cruzarlo.

Pitágoras estuvo involucrado en muchas prácticas místicas. Se cree que sus doctrinas místicas y esotéricas se desarrollaron tras sus viajes a Egipto y Babilonia, además de las propias creencias griegas de su época. Sus seguidores le veneraban como a un verdadero oráculo.

El pensamiento de Pitágoras

Pitágoras no escribió ninguna obra. Tras su muerte aparecieron varias obras atribuidas a él, pero ninguna se considera auténtica. Todo indica que todas las enseñanzas de Pitágoras se transmitieron únicamente de forma oral.

Su filosofía no se difundió ampliamente hasta después de su muerte, por lo que resulta extremadamente difícil reconstituir su filosofía original. Por ello, no se puede hablar estrictamente del pensamiento del Pitágoras individual, sino de las enseñanzas de los pitagóricos, es decir, de sus discípulos.

Pitágoras y el pescador, Salvator Rosa, 1662, vía Wikiart.

El arché y el número

Para Pitágoras el arché, es decir, el principio de todas las cosas, era el número y sus componentes.

Pitágoras eligió el número como arché porque observó que todas las cosas del mundo poseen cierta armonía y regularidad matemática. Por esta razón, llamó al universo cosmos, que en griego significa «orden».

El orden matemático del cosmos: según Pitágoras, el universo se rige por complejas relaciones numéricas que armonizan todas las cosas. Imagen de WikiImages por Pixabay.

Además, observó que los acordes musicales correspondían a ciertas medidas aritméticas. De ello dedujo que la propia naturaleza (physis) también estaba ordenada según proporciones numéricas.

La perfección de los números

Pitágoras profundizó en sus estudios sobre la naturaleza del mundo y su relación con los números. Combinó sus conocimientos astronómicos con los matemáticos, calculando el movimiento de los astros y defendiendo la idea de un cosmos ordenado y regido por complejas relaciones matemáticas.

Según los pitagóricos, los cuerpos físicos se derivan de elementos matemáticos. El número de puntos del cuerpo determinaría sus propiedades. El mundo habría surgido de la determinación de los límites de lo ilimitado (ápeiron), de las relaciones numéricas impuestas al espacio.

Los años, los meses, los días, las estaciones, los ciclos de desarrollo biológico, todo ello está relacionado con la exactitud de los números.

Pues más allá de los fenómenos naturales, los pitagóricos encontraron relación de los números con conceptos abstractos como, por ejemplo, la Justicia. Según ellos, la Justicia, entendida como equidad, debería estar representada por el número 4 o 9 (2 × 2 o 3 × 3). Mientras que la ciencia debería estar representada por el número 1, porque la inteligencia y la ciencia son cosas que tienen cierta consistencia. La opinión (doxa), que no tiene nada de permanente ni de estable, ya que todo el mundo cambia de opinión cuando quiere, debería coincidir con el número 2.

Hoy en día, entendemos los números como una realidad mental, que no existe fuera de nuestra mente. Sin embargo, los pitagóricos creían que los números eran tan reales como cualquier otra cosa.

Metempsicosis: la transmigración de las almas

La doctrina de Pitágoras sobre la transmigración de las almas sostenía que el alma está ligada al cuerpo y sólo la muerte puede liberarla. El alma de una persona podía reencarnarse en forma humana o animal. Las sucesivas reencarnaciones serían un medio de expiación de la culpa original.

Según un antiguo relato, al ver que golpeaban a un perro, Pitágoras suplicó: «Basta, no golpees más a este perro, pues es el alma de un amigo que reconocí al oír su voz».

Pitágoras defendiendo el vegetarianismo, por Peter Paul Rubens, vía Wikiart.

Según una fuente antigua, cuando vio que golpeaban a un perro, Pitágoras habría dicho: » Basta, no pegues más a este perro, porque es el alma de un amigo que reconocí al oír su voz.

El objetivo último del hombre

Los pitagóricos creían que el objetivo último de la vida humana era volver a vivir con los dioses, por lo que desarrollaron una doctrina que predicaba un modo de vida recto en comunión con la divinidad. Sostenían que la búsqueda de la verdad y el conocimiento era la purificación más noble y guiaban esa vida.

Referencias

BORNHEIM, Gerd A. (Org.). (1998). Os filósofos pré-socráticos. São Paulo: Cultrix.

KIRK, G. S., RAVEN, J. E., & SCHOFIELD, M. (1983). Os Filósofos Pré-Socráticos: história crítica e seleção de textos. Lisboa: Fundação Calouste Gulbenkian.

REALE, Giovanni & ANTISERI, Dário. (2007). História da Filosofia: Filosofia Pagã e Antiga. Vol. 1. São Paulo: Paulus.

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